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Español La historia de la región que hoy corresponde al departamento del Beni, se remonta a la existencia de diversos grupos étnicos, cada uno con características propias. Entre otros, se pueden citar a los Moxeños, Chapacuras, Itonamas, Canichanas, Movimas, Cayuvabas, Pacaguaras, Iténez, Tacanas, Maropas, Yacarares, Mosetenes y Sirionós. En la época del desarrollo del Imperio Incaico, estos grupos sufrieron incursiones que tenían el objetivo de conquistarlos y usufructuar las riquezas naturales existentes. Varias etnias han poblado esta región, pero la cultura más prominente es la cultura Moxos (1000 AC), localizada en las Lomas de Moxos. Desde más o menos 4000 años a.C. (probablemente antes: el dato actual se basa en las cerámicas datadas) hasta el siglo XIII d.C., la región fue asentamiento de importantes grupos humanos organizados en sociedades pre-estatales (en algunos casos muy centralizados), definidos como cacicazgos, potentados locales. Esta es una zona pantanosa con alto nivel de precipitación pluvial, lo que indujo a los pueblos de la antigüedad a construir sus ciudadelas y centros ceremoniales en lomas artificiales que guardan importantes residuos arqueológicos de la época. Su complejo sistema hidráulico incluye la construcción de terraplenes artificiales que servían como diques de contención, canales artificiales para el drenaje y aducción, también incluye lagunas artificiales que eran permanente reserva de agua para regadíos. El cultivo se hacía mediante camellones que han resistido la acción del tiempo y hoy incluso pueden apreciarse intactos. Las tradiciones y festividades del pueblo Mojeño, con expresiones musicales sumamente vistosas, son parte destacada del acervo cultural de la región beniana. A la llegada de los españoles, la región ya estaba en plena decadencia desde hace cerca de tres siglos. De toda forma ella queda como uno de los centros de origen y propagación de muchos productos agrícolas de difusión mundial: tabaco, cacahuete o maní, algodón, yuca (Manihot esculenta), camote (Ipomoea batatas). Durante la Colonia, España, para hacer frente al expansionismo portugués, faculta a la Real Audiencia de Charcas, para que tenga jurisdicción sobre las regiones de Moxos y Chunchos. La penetración de los españoles en la región, resultó frustrada por las condiciones naturales adversas. Lo mismo ocurrió con los intentos iniciados por grupos religiosos en 1586. En 1597, cuando se creía que el Beni pudiese ser unas de las sedes del mítico "El Dorado", o Paitití, la Corona de España encomienda a la Orden de la Compañía de Jesús, la fundación de misiones entre la población nativa. El Jesuita Castillo y los padres Pedro Marbán y Cipriano Barace, que habían sido destinados a la conquista de la región, se trasladaron desde Lima a Santa Cruz, de allí en 1675, remontaron al río Guabay hasta la zona ya reconocida de los Moxos, fundando la primera misión de Nuestra Señora de Loreto en 1682, con la colaboración de los padres Orellana, Vega y Letuna. Las misiones jesuíticas, hoy convertidas en ciudades y pueblos, se situaron a orillas de los ríos Mamoré y San Miguel, formando una gran curva en forma de signo de interrogación, que se extiende desde Loreto hasta San Simón. Originalmente, las misiones fueron: Loreto, la Santísima Trinidad (hoy la capital del Beni, fundada en el año 1686 para la festividad del Ministerio Divino, por el padre Cipriano Barace), San Javier, San Pedro, Santa Ana, Exaltación, San Ignacio, San Borja, Reyes, Magdalena, Concepción, San Simón, San Joaquín y San Nicolás. Bajo la dirección de los Padres Jesuitas, los nativos se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. También producían telares y objetos de alfarería en cantidades suficientes como para abastecer a toda la región. La prosperidad existente, que consolidaba la presencia y la conquista española, se corta cuando, en el año 1767, los jesuitas fueron expulsados del territorio de Moxos por instrucción de la Corona Española, siendo ejecutada por la Real Audiencia de Charcas, a cuya cabeza se encontraba Don Juan Martínez de Tineo. El caudillo indígena Ignacio Muiba protagonizó un movimiento independentista y en su homenaje, en el año 1978, se declaró el día 10 de noviembre como fecha cívica del Departamento del Beni. Sin embargo, hoy en día luce tal como Santa Cruz lucía hace más de 20 años, sus calles no son pavimentadas y los carretones y caballos siguen siendo el transporte más importante, gracias a que los Jesuitas introdujeron la ganadería y los caballos Trinidad ha sido el centro de la industria ganadera de Bolivia, también contribuyen los buenos pastizales de las tierras bajas y la producción de arroz, yuca, plátano y algodón. El 6 de Agosto de 1842, el Presidente José Ballivián, lanza el primer Decreto sobre la creación del departamento del Beni y el 18 de Noviembre de 1842 se dictó la ley que dispone su fundación. En la época republicana, entre la mitad del siglo XIX y el inicio del XX, el norte del Beni ha sido teatro del auge económico de la goma o caucho. La abundancia de árboles de siringa (Hevea brasiliensis) llamó en la región un grande número de personas, muchos aventureros y tropas de trabajadores, muchos de los cuales indígenas, que trabajaban en condiciones de semi-esclavidud. Por décadas, el área se transformó en una de las regiones más activas y dinámicas de Bolivia. Cachuela Esperanza, un importante centro de tránsito del caucho, a la orilla del río Beni, tenía a final del siglo XIX unos de los más equipados hospitales de Bolivia. La misión de la Santísima Trinidad fue fundada sobre una milenaria loma artificial, por el padre jesuita Cipriano Barace en 1686, a orillas del río Mamoré. Fue la segunda misión de Moxos después de Loreto, y al igual que ésta fue integrada por indígenas moxeños descendientes de la familia indígena arawac. A causa de las inundaciones anuales del río Mamoré y de las consecuentes epidemias, el pueblo de la Santísima Trinidad fue trasladado al sitio actual por el cura seglar Pedro de la Rocha dos años después de la expulsión de los jesuitas en 1769. Trinidad permaneció como uno de los centros de evangelización, y en el año 1842 fue nombrado ciudad capital del departamento Beni. Hasta fines del siglo XIX cuando llegó el boom de la goma era una ciudad pequeña, sin embargo en épocas del boom, prosperó como punto de retransmisión de los transportes de los recursos que unían los departamentos Beni, Santa Cruz y Cochabamba. El departamento de Beni se caracteriza por tener amplias planicies cubiertas por pastizales (pampas o sabana) y una serie de lagunas de formas regulares. A lo largo del territorio se presentan ondulaciones suaves y algunos afloramientos rocosos sobre la región fronteriza con la República del Brasil, el escudo brasileño, así como un denso bosque en la zona de pie de monte. La selva ocupa las riberas de los numerosos ríos y también se halla en la zona de pie de monte. El Beni tiene un clima tropical húmedo, con una precipitación pluvial media anual, que varía entre 1.000 mm y 4.000 mm en todo su territorio con períodos de lluvia concentrado principalmente entre noviembre y abril. La temperatura promedio oscila entre 22 y 28 grados. Durante el invierno el Beni es atravesado por vientos fríos del sur que en Bolivia son conocidos popularmente como “surazos”, que producen descensos bruscos de temperaturas. La totalidad de los ríos del Beni desembocan en la cuenca del Amazonas, siendo los principales: Mamoré, el mayor río de Bolivia, que nace en la cordillera del departamento de Cochabamba con el nombre de río Rocha; Iténez o Guaporé (hace frontera con la república de Brasil); Beni, que hace frontera con los departamentos de La Paz y Pando. También están los ríos Yata, Ivón, Bopi, Machupo, Itonama, Baures, San Martín, San Miguel, San Simón, Negro, Sécure, Yacuma, Maniquí, Ibare y Apere. La mayoría de ellos son navegables. Lagos y lagunas: Rogagua, Rogaguado, San Luis, San Pablo, Huachi, Huatunas, Yusala, Huachuna, Agua Clara, Ginebra, La Dichosa, Bolivia, Navidad, Las Abras, Larga y Maracaibo. Trinidad es la capital del departamento del Beni. Situada a 156 mts s.n.m., sus edificaciones son sencillas, con amplias calles y avenidas, anchos corredores con galenas techadas de tipo horcones y pilares para protegerse del sol canicular y lluvias amazónicas de los meses de diciembre a marzo. La hermosa Plaza principal recientemente reconstruida, está completamente adornada con flores y arbustos de vistosos colores que sintetizan la rica flora del departamento. En el centro de la Plaza central, existe una fuente que es una muestra de los jóvenes artistas trinitarios, se diseñó en base a la antigua fuente de estilo clásico que existía, se han adicionado elementos nativos de flora y fauna: tigre, bufeos o delfines, patujús y un mojeño autóctono armado de arco y flecha; en la fuente se puede admirar lagartitos, petas y otros peces vivos. En ella también luce erguido un hermoso monumento ecuestre del prócer de la Batalla de Ingavi el Mariscal José de Ballivián, creador del departamento del Beni. Desde el punto de vista turístico, el departamento del Beni y su capital Trinidad tiene mucho que ofrecer a los visitantes, con varios atractivos urbanos y naturales a pocos minutos del centro de la ciudad como la La Catedral de Trinidad, la Laguna Suárez, la Loma Suárez, el Puerto Almacén, el Puerto Varador, el Puerto Ballivián, el Centro Turístico Chuchini, el Museo Ictícola, el Museo Kenneth Lee, y el Centro Turístico Uhccojirico & Wenco (Ordeñando y Pescando), entre otros. El Flotel Reina De Enín, es una de las mejores maneras de conocer el Beni es navegar a lo largo de sus ríos en particular por el Mamoré, incluyen visitas a comunidades indígenas, caminatas y cabalgatas en la selva con observación de animales y aves; pesca y baños en compañía de bufeos o delfines de río. El Museo Etno-Arqueológico Kenneth Lee, tiene tres niveles y amplios ventanales que integran el interior con el exterior. Dentro se han dispuesto las piezas: cerámica, un trozo de textil e instrumentos utilitarios que hablan de su dominio en el tejido, etc.. Deriva de principio de proponer un museo vivo, rescatando la esencia de los elementos que integran la impresionante cultura hidráulica de Moxos. La entrada está sobre una loma artificial cortada, rodeada de espejos de agua, donde crecen la victoria regia (el gran nenúfar endémico del Beni) y el tarope (cuyas propiedades depurativas del agua fueron aprovechadas ya en época prehispánica). Sobre la otra loma se dispone la escenografia arquitectónica del museo, integrada con el entorno gracias a la estructura circular. La primera sala es la etnofolklórica en la cual se observa las diferentes máscaras y danzas moxeñas propias del Beni y se muestra también una clasificación de las diferentes etnias que tiene el departamento. En la segunda se reúne grandes piezas de cerámica e información sobre la cultura moxeña prehispánica, todavía poco conocida por parte del gran publico, pero de gran relevancia histórica por los sistemas hidráulicos que creó y la avanzada tecnología agrícola que supo desarrollar. El Museo Ictícola, tiene por especialidad la conservación y exhibición de especies piscícolas, en este caso, propios de los ríos amazónicos y de las lagunas del llano moxeño. Acoge muestras de más de 400 especies acuáticas de la Amazonia boliviana y es considerado el tercero de Sudamérica en su género. En las vitrinas dispuestas al centro de la sala, se pueden apreciar ejemplares como bufeo que son los simpáticos delfines de río protagonistas de mitos y leyendas, chuncuinas con un curioso dibujo de piel de tigre en el dorso cuyo tamaño puede llegar a los 2 metros, la raya temida por su cola empinada y utilizada para extraer aceite medicinal, tachaca procedente del rió Mamoré y cuyas escamas grandes y planas son parecidas a la de la serpiente, paiche un depredador que puede llegar a medir 4 metro, la piraiba presente con un gran ejemplar pescado en el río Mamoré y con la cabeza de una espécimen de 110 kilos, llama la atención no solo por su dimensiones sino también por sus filoso y diminutos dientes. Se puede apreciar también la anguila eléctrica, cuya descarga puede llegar a 550 voltios. El Centro Turístico Chuchini, es el centro de un complejo de lomas artificiales construidas por una cultura milenaria. Allí confluyen restos líticos, paleontológicos e incontables especies de flora y fauna silvestre, todo es color y concierto amazónico. Se pueden observar desde momias y huesos de mamuts hasta caimanes, delfines y anacondas. El nombre Loma Chuchini significa "madriguera del tigre" o "guarida del tigre" y concentra una gran cantidad de estos felinos. De gran riqueza histórica y cultural con vestigios de su pasado precolombino, cuenta con un museo arqueológico especializado en la cultura moxeña con más de 1.000 piezas de gran valor para el patrimonio nacional. Presenta senderos ecológicos que comunican ocho lomas artificiales mediante terraplenes rodeados de 90 especies de avifauna, más de 100 de flora y 15 familias de peces. En su recorrido hay lagunas con una isla flotante llena de árboles y variedad de helechos, gran cantidad de lagartos y caimanes. Hay también una laguna artificial ideal para tomar baños, pescar o navegar hasta el río Ibare. La Catedral de Trinidad, es ubicada en la acera Sur de la Plaza Principal. La catedral es de estilo neo-románico, con dos altos campanarios en el bloque central, diseñado por el arquitecto español Martín Pascual. Construida en 1931 - de estilo académico - la Iglesia de mampostería cuenta con objetos de gran valor por su antigüedad y sus características artísticas. El visitante admirará numerosas reliquias, retablos de plata, cristalería, muebles y artesanatos de madera (creación propia de los indígenas) y campanas fundidas en la época de los jesuitas. Se destacan los lienzos como el de "Nuestra Señora de Belén”, realizado por artesanos del Cuzco; el nacimiento del “Niño Dios”, pintado en Guamaga; varios bultos napolitanos, romanos, quiteños y cuzqueños, así como una custodia esmaltada con piedras finas. A 5 Km de la ciudad de Trinidad se encuentra la Laguna Suárez, una laguna artificial construida por los paititianos, antiguamente llamada Socoreno (Laguna de Animales). Actualmente tiene el nombre de Laguna Suárez debido a que fue adquirida por la firma Suárez Hnos. Tiene hermosa vista natural, lo que le da un enorme interés turístico. En sus orillas paradisíacas se encuentra una área denominada el “Tapacaré” donde se ofrecen servicios de alimentación y recreación en los diferentes balnearios turísticos. El Puerto Almacén, está situado a las orillas del río Ibare y es uno de los puertos cercanos a la ciudad de Trinidad. Este puerto comercial se encuentra sobre el Rió Ibare, afluente del Mamoré. El visitante realizará una aventura de ensueños al recorrer en canoa a remos las aguas del río en el que podrá apreciar delfines de agua dulce, peces y animales de la zona. Existe exuberante vegetación y muy buena pesca, consta de varios restaurantes donde se sirven platos a base de pescado y de un balneario de donde se puede tener una excelente vista del lugar. Otros balnearios naturales cerca de la ciudad son Puerto Ballivián y Puerto Varador, el cual constituye un puerto de mucha importancia comercial ya que cruza por el camino carretero La Paz- Trinidad. Posee extensas playas, con tibias aguas que invitan a tomar placenteros baños, paseos en bote y abundante pesca. Es el puerto que une al Beni con la región del Chapare en Cochabamba y actualmente cuenta con un servicio de hotel flotante, lo que permite hacer un recorrido por el extenso río. El Parque Pantanal es un área verde, estructurada para admirar en pequeña escala el paisaje beniano. Cuenta con estanques que son un muestrario de la bella Victoria Regia, planta acuática de singular belleza. En este paseo urbano se encuentra un serpentario que alberga una enorme sicurí (Eunectes murinus) de 9 mts. El Anillo de Circunvalación, es una construcción de piedra y cemento de aproximadamente un metro de ancho por dos metros de altura que rodea la ciudad para evitar inundaciones en época de lluvias. El Puente Pompeya, es un puente de madera construido en la ciudad de Trinidad para unir una parte de la ciudad con el barrio Pompeya, donde se encuentra el mercado campesino caracterizado por ofrecer al visitante diferentes productos del lugar como plátano, yuca y otras frutas. En la parte norte se encuentra el casco viejo cuya arquitectura es colonial, con amplias calles adoquinadas y corredores anchos que resguardan de los fuertes rayos solares propios del clima tropical. La región del Beni cuenta con hermosas construcciones que datan del siglo XVII. Entre los templos más importantes se encuentran: Templo de San Lorenzo, Iglesia de Loreto, Templo de San Ignacio, Templo de San Javier, Templo de San Francisco de Borja, Templo de San Pedro, Templo de Reyes, Templo de la Exaltación de la Santa Cruz y Templo de Nuestra Señora de Santa Ana, Baures, Templo de San Joaquín, Templo de San Ramón, Templo de Nuestra Señora María Magdalena. Iglesias coloniales que datan del siglo XVII, cuyas paredes tienen hermosos lienzos pintados con motivos religiosos, púlpitos de fina talla con rejas de madera y techos de teja, manteniendo el estilo arquitectónico de tiempos de las misiones. El departamento del Beni ofrece al visitante una belleza natural que se caracteriza por una flora exuberante y multicolor y una fauna sin límites. Representa una importante muestra de la cultura y la arqueología precolombina, cuyos vestigios fueron encontrados en la llanura de Moxos hace aproximadamente cinco mil años. Se tienen 402 especies registradas de flora y se estima la existencia de 3000 especies de plantas superiores. La extraordinaria diversidad florística incluye especies como el aliso, el pino de monte, el nogal, los cedros, la mara, el palo maría, el tajibo, se destacan las palmas: el asaí, las jatatas, la palma y la palma real que forma extensos palmares en zonas inundadas de bosque. Se tienen 714 especies registradas de fauna. La fauna es igualmente muy diversificada pudiendo mencionarse al lobo de crin o borochi, al jucumari, el pejichi, el marimono, el manechi, la londra, el jaguar, el ciervo de pantanos, pumas, caimanes, serpientes, garzas, martín pescador, bandadas de loros chillones, armadillo gigante, el joche (roedor gigante), osos hormiguero, zarigüeyas, ñandúes, perdices, venados, capihuaras, antas, monos, pavas de monte, pájaro carpintero, la paraba y maticos, tigrecillos, gato montés, oso pardo taitetú o jabalí americano, palometas, pacúes y tortugas de río. La Loma Suárez, es una loma artificial a orillas del río Ibaré, que a principios del siglo pasado tuvo el nombre de Loma Monovi; luego los hermanos Suárez la adquirieron y le pusieron el nombre de Loma Ayacucho. Más tarde los habitantes del poblado la llamaron Loma Suárez por ser el asentamiento de la poderosa firma Suárez Hnos. Se pueden apreciar hermosos paisajes, así como aves y animales de diferentes especies. Fue también principal centro de crianza de ganado bovino. Alrededor de la Loma a orillas del río Ibaré se ha establecido un pueblo pintoresco, allí se encuentra la Casona (antigua sede administrativa) y en la cima el Mausoleo de Rómulo Suárez. Cerca de la Loma Suárez existe un refugio de Vida Silvestre de interés ornitológico. En el territorio del Parque Departamental Iténez (PD- ANMI) se encuentran tres clases de Paisajes principales: el bosque húmedo denso al norte; la sabanao pampa sometida a periodos de inundación; el paisaje ribereño que atraviesa los dos anteriores. En estos ambientes,la riqueza de la fauna es sorprendente: en los ríos, los bufeos, los dorados y la gran variedad de peces tropicales. De gran interés turístico, nombramos al Cerro Orícore, una singular “Isla” de vegetación y fauna que se encuentran con el río San Martín. El Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) se caracteriza por una importante población de los grupos étnicos Moxeño, Yuracaré y Chimán. Al interior del Área existen más de 50 comunidades indígenas y pequeños asentamientos familiares dispersos (familias extensas), que comprenden alrededor de 4.563 habitantes según el censo indígena del TIPNIS de 1994. La etnia Moxeña constituye la población más numerosa (el 72%), seguida de los Yuracarés y de familias Chimanes en el extremo Suroeste del Área. La Fauna es igualmente muy diversificada registrándose a la fecha 714 especies entre las que se destacan: jucumari, el pejichi, el marimono, el manechi, la londra, el jaguar, etc.. Se registraron 402 especies de flora y se estima la existencia de 3.000 especies de plantas superiores. La pesca Deportiva es una actividad de gran interés por la abundancia y variedad de peces propios de los ríos amazónicos del Beni. Las especies más destacadas son el Pacú, el Surubí, la Piraiba y el Tucunaré entre muchos otras. La Reserva de la Biosfera Estación Biológica del Beni, ocupa la región de llanuras aluviales de inundación estacional del sudoeste del Departamento del Beni, entre las provincias de Yacuma y Ballivián. Se registraron 815 especies de plantas superiores, estimándose la existencia de hasta 1.500 especies. La vegetación constituye un intrincado mosaico de bosques, humedales y sabana. Destacan el Bosque Húmedo Estacional basal, varios tipos de bosque de inundación, bosques pantanosos, sabana de inundación estacional y pantanosas de Cyperaceae, entre la flora se hallan especies como la Mara, palo Maria (Calophyllum antillanum), el cedro, el ochoo, tajibo morado, cuchi, palma pachiuva y la jatata. Se registraron 852 especies de fauna. Entre estas destacan el pejichi (Priodontes maximus), el marimono (Ateles paniscus), el manechi (Alouatta seniculus), el jaguar (Panthera onca), el ciervo de los pantanos, el águila harpia, el pato negro, la peta de río, el lagarto y el caimán negro. En octubre del año 1986 es reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. La Reserva de la Biosfera y Territorio Indígena Pilón Lajas, se encuentra ubicada en el centro este del Departamento de La Paz y sudoeste del Departamento del Beni, sobre las provincias Franz Tamayo, Larecaja y sud Yungas (La Paz) y la provincia Gral José Ballivián (Beni). Ecológicamente la Reserva tiene 4 ecoregiones y presenta 11 unidades de vegetación. En flora es considerada como una región de alta diversidad . Es un importante reservorio de agua, ya que la red hidrográfica de la Reserva pertenece a la gran cuenca amazónica, específicamente a las cuencas de los ríos Beni y Mamoré, llegando a subdividirse en la reserva en cuatro subcuencashidrográficas, los ríos Yacuma, Maniquí, Quiquibey y Beni. La Cachuela Esperanza es el mayor centro comercial del Beni para la importante producción de goma y caucho que tuvo lugar en la región a principios de siglo. Ubicada en la jurisdicción de la provincia Vaca Díez, Cachuela Esperanza posee un clima agradable y es rica en flora, fauna y ganadería. El sector es ampliamente conocido por su producción de goma, castaña y madera. Los alrededores que colindan con el río Beni son de una belleza natural incomparable. Las bruscas caídas de agua, generadas por los desniveles rocosos del lugar, han originado que éste sea conocido como Cachuela. Rurrenabaque es una de las más singulares y exóticas poblaciones del departamento del Beni donde es posible hallar esculturas sobre la roca granítica en el "Cañón del Bala". Rurrenabaque está ubicado en la margen derecha del río Beni, sobre las últimas estribaciones de la gran cordillera andina que se diluye en la llanura amazónica. En el gran Cañón del Bala, varias tribus selvícolas dejaron constancia de su presencia en varios petroglifos esculpidos en la roca granítica. Grandes contrastes naturales están presentes en Rurrenabaque. También se puede disfrutar de la pesca de los peces surubí, dorado, azulejo, pacú y piraíbas, además de los diversos panoramas y animales existentes, convirtiéndose así en uno de los lugares más hermosos de la Amazonia boliviana. La zona es rica en etnias que actualmente llevan a cabo proyectos de manejo sostenible de sus territorios, entre los cuales están circuitos a través de la selva con alojamientos construidos con materiales del lugar y de acuerdo a su propia arquitectura. La población está compuesta principalmente por etnias de Chimanes, Mosetenes, Chamas y Tacanas. Rurrenabaque es la puerta de ingreso al Parque Nacional Madidi, lugar de exuberante riqueza natural. En la margen izquierda del río Mamoré, frente a la población brasilera de Guajará-Mirim, se encuentra Guayaramerín. Guayaramerín constituye el punto estratégico para el desarrollo turístico de la región, al ser la entrada a Bolivia desde el Brasil. Como municipio posee riqueza forestal y espacios ideales para el ecoturismo con lagos y lagunas, riqueza histórica y la presencia de pueblos indígenas. En Guayaramerín existe un activo comercio. Es centro muy importante de la goma, castaña e ipecacuana. Cuenta con un astillero donde se construyen embarcaciones de regular tonelaje. Guayaramerín es un puerto de alta importancia en el que hay un puesto permanente de la Fuerza Naval Boliviana. San Borja fue fundada por los misioneros jesuitas Francisco de Borja e Ignacio Sotomayor, la población está compuesta de etnias Chimanes, Mojeños y Mosetenes. En este lugar se halla el Territorio Indígena del Bosque de Chimanes, que cubre 538.590 Hectáreas, que constituye la Reserva de la Biosfera llamada Estación. San Ignacio de Moxos, es una población compuesta por Yuracaré, Chimanes y Mosetenes, es considerada como la Capital Folklórica del Beni, debido a su gran riqueza cultural. Todo el año se puede practicar deportes como la natación, esquí acuático, pesca y pasear en botes a remo y motor. Esta población es famosa por su fiesta anual en la que los pobladores se visten de "toritos" y "mamas" para salir por las principales calles en devoción a San Ignacio. En la fiesta se destacan los famosos macheteros y los grupos de músicos que participan con fantásticos instrumentos musicales realizados por ellos mismos. Es interesante visitar las lomas artificiales. Los templetes, restos de cerámica y construcciones precolombinas de la época misional de Moxos. La Laguna Isirere. Además parte del parque Isibore Sécure. Reyes es una población que se caracteriza por tener una cultura de cazadores; está compuesta de etnias Maropa, Cavineño, Tacana y Chamas. Ecológicamente es una zona gran importancia, especialmente para el desarrollo del turismo ecológico y de aventura. La castaña, palmito y árboles maderables son sustento de su actividad económica. Santa Ana del Yacuma, es la Capital ganadera del Beni, con verdes praderas aptas para la actividad agrícola y ganadera. La población de origen Movima, Cayubaba, Trinitario y Yucaré. Presenta diferentes conformaciones geomorfológicas que van desde llanura aluvial, bosque de galería y pie de monte. Tiene innumerables ríos navegables, como el Yacuma, Apere, Rapulo y Cavitu. Está también la reserva de la biosfera administrada por la Estación Biológica del Bení. En la zona abundan plantas medicinales que han despertado el interés de grandes laboratorios. San Javier es situada relativamente cerca de la ciudad de Trinidad y está conformada por una población indígena de las etnias Canichana y Sirionó. Posee una gran variedad de recursos vegetales y animales. Sus ríos, lagunas, arroyos y bosques representan un enorme potencial para el desarrollo del turismo ecológico y de aventura. Además tiene praderas naturales que albergan a una gran variedad de especies de la fauna oriental como caimanes, lagartos, urinas, tigres, monos, etc.. Especies piscícolas como surubí, piraña, pacú, dorado, etc.. San Javier se caracteriza por su rico acervo cultural, plasmadas en su fiesta religiosa y sus bailes típicos, como los macheteros, toritos, piyú y mamás. La gastronomía tradicional del departamento del Beni y por ello de la ciudad de Trinidad está basada esencialmente en la carne de res, por ser una zona ganadera reconocida a nivel nacional hace que se relacione a la región con la abundancia de carne y sus derivados, como el charque, que suelen ser acompañados con productos naturales de la región, como la yuca, el plátano y otros ingredientes que hacen de la gastronomía un potencial para ser explotado. Así mismo se puede encontrar una variedad de platos a base de pescado. La gastronomía esta ligada generalmente a las fiestas religiosas, desde la época de la Colonia perdura hasta nuestros días, ofreciendo variedades para los diferentes gustos, tales como; ají de panza, preparado con arroz hervido, charque, yuca y otros ingredientes, pan de arroz, empanada de maíz, cuñape, este último preparado con harina de yuca. Conocidas son también la chicha de maíz (zomó), la de maní, la de piña, el chivé, etc. Además se puede saborear el relleno de semilla, el mondongo, la capirotada, el payuje, el manjar blanco, etc.. Platillos dignos de destacar: pacumutu, keperi beniano, masaco, surubí al Horno, pacu Frito, caldo de Bagre, chorizo beniano, tortilla de Huevo de Peta, sarapate de Peta, sopa de Pirañas, parrilladas, charque con chivé, locro de gallina, majadito de charque y el infaltable pescado fresco a gusto del cliente, refrescantes bebidas: la chicha, el somó, una rica cerveza al hielo; los refrescos naturales con frutas del lugar y las gaseosas envasadas en Trinidad. Principales Fiestas: Fiesta de la Santísima Trinidad (Chope Piesta), Aniversario de Magdalena, Nuestra Señora de la Candelaria, Fiesta Patronal de San Ignacio de Moxos, Carnaval, Fiesta de los Mosetenes y Fiesta patronal de Santa Ana del Yacuma. La Fiesta de la Santísima Trinidad, se celebra en la capital del departamento con gran profusión de conjuntos folklóricos. Corrida de toros. En la laguna cercana se puede practicar deportes como la natación, esquí acuático, pesca y pasear en botes a remo y motor. Para los moxeños la danza es un culto, y como dice un escritor: “Desde los tiempos inmemoriales tuvieron los indios un concepto metafísico del baile”. Primero realizaron danzas en honor a los astros: El sol, la luna, el arco iris, el trueno; después vinieron las danzas totémicas y guerreras; por ultimo, ya en tiempo de los Jesuitas, aparecieron las de carácter religioso que son tan numerosas y variadas que es difícil conocerla todas. Danzas Típicas en el departamento del Beni: Los Macheteros, El Torito, Los Bárbaros, Las Mózoras, Los Jerures, Los Achus, Los Angelitos, Sácheana o danza del Sol y La Luna. Existe una gran variedad de artesanías que se producen en el departamento del Beni, las cuales están ligadas a usos y costumbres locales, tanto que a la llegada de los españoles a estas tierras calificaron a los nativos como los más hábiles artesanos de todo el Alto Perú. Sin duda que San Borja concentra hoy la mayor riqueza y variedad artesanal que bien podría nominarse Capital de la Artesanía Beniana. Los productos artesanales son expuestos y admirados en diferentes ferias locales y nacionales donde destacan productos elaborados en fibras naturales, semillas, marfil vegetal, tela, hilo, cuero, bejucos, hueso, cuernos de vacuno y otros. Se pueden encontrar tejidos elaborados por los indígenas, de diferentes materiales; tallados en madera, collares de semillas nativas, trajes típicos. En San Borja y otros pueblos existen centros artesanales y ferias donde se exponen los trabajos de los artesanos. La población actual es racialmente variada. Hay oriundos de la zona y descendientes de europeos, aunque el mestizaje de siglos se refleja en una buena parte de los benianos. Los primitivos grupos étnicos que habitan las llanuras benianas son: los Sirionós, Moxeños (Trinitario, Ignaciano, Javierano y Loretano), Yuracarés, Sireneires, Moré, Sansimonianos, Pausernas, Baures, Paunacas, Canichanas, Jobas, Chácobos, Acanas, Chamas, Tacanas o Takanas, Chimanes – Tsimanes, Movimas, Sinabos, Caripunas, Cavineños, Esse Ejja (Chama), Joaquinianos, Moseténes, Pakawaras, Cayubabas o Cayuvavas e Itonomas. El departamento, por su clima y suelo, es apto para toda clase de cultivos tropicales; maíz, cacao, café, castaña, vainilla, yuca o mandioca, arroz, maracuyá, papaya, cítricos y otras frutas tropicales. Se calcula que hay alrededor de dos millones de cabezas de ganado, que se alimentan fundamentalmente del abundante pasto natural. Los ríos son hábitat de una gran variedad de especies de peces, como son: pacú, tambiqui, surubí, palometa, sábalo, bagre y blanquillo (Malacanthidae). Se ha establecido la presencia de estaño, manganeso, plomo, platino, oro, berilio y columbita. Los bosques del Beni poseen gran variedad de maderas preciosas que van desde la liviana madera balsa hasta el cuchi, del que se dice que es tan duro como el acero. Entre otras maderas preciosas podemos citar: Caoba o mara, ochoó, japunaqui, palmeras (cusi, totaí, chonta, motacú, sao), tacuara (tamora, tacuarembó, curi), sirari, tajibo, cubo. La región es también rica en Castaña del Pará (Bertholletia excelsa), conocida en Bolivia como almendra, que es actualmente el producto de mayor importancia para la región.






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